sábado, 11 de agosto de 2012

El maní nos pierde...

Por Ezequiel Echeverría
ezequiel@la94sport.com

En esta ocasión no habíamos viajado tanto. Corría el año '99 y Morón debía visitar a Los Andes. Extrañamente para ir hasta el estadio habíamos optado por la "modalidad remis".
Por aquellos tiempos vivía en el barrio Agüero y habíamos pactado con un remisero amigo el viaje hasta Lomas de Zamora.
Allí subimos Damián Di Gregorio, Charly Artesi, Abregú y quien suscribe. En el pequeño baúl del Renaul 12 habíamos colocado los tres bolsos con los equipos de transmisión. Como siempre, salimos con tiempo rumbo al sur hablando y haciendo la previa de la transmisión que debía comenzar tipo 14 hs.
Como nuestro chofer no conocía demasiado la zona, le fuimos indicando el camino. Hasta ahí todo normal.
En el medio de la charla recordamos que en todas las canchas de la zona (Témperley, Bánfield y Los Andes) había un personaje que concurría con su carrito con forma de locomotora que vendía los cucuruchos de maní calentito. Fanáticos de ésto, ya nos relamíamos de la panzada de maníes que nos haríamos antes de comenzar la transmisión.
A una cuadra de la cancha divisamos que el carrito humeante ya estaba presto para quien quisiera comprarse algo, y nuestras sonrisas se reflejaron de tal manera que esos últimos metros hasta la puerta del estadio parecían interminables.
El remís paró y la delegación de La 94 Sport se arrojó del rodado en busca del preciado cucurucho. Le pagué al remisero y me sumé presuroso a la compra del maní calentito...
Como niños con dulces, cada uno de los integrantes de la "transmi" , cucuruchos en mano, nos dipusimos a ingresar al estadio hasta que una voz se alzó preocupante y preguntó: "...quién bajó los equipos?...".
Nuestras sonrisas se borraron de un plumazo e intentamos divisar a lo lejos si el Renault 12 blanco estaba cerca...Nones...
Desesperados buscamos un plan alternativo y antes que llamar a la agencia para que el remís nos vuelva a traer los equipos (el remisero no tenía celular, recordemos año '99), decidimos mandar a una delegación "manicera" con otro remís desde la cancha hasta el barrio Agüero para buscar los equipos. Allí partieron Damián y Charly. Mientras tanto nosotros tratamos de conseguir un aparato de teléfono como para arrancar la emisión de la previa.
Pero la situación fue que el remisero de Lomas, conocedor de la zona y rápido al volante, llegó mucho antes a la agencia de Agüero que el remís que nos había llevado. Y lo cómico fue ver la cara del chofer del Renault 12 cuando arribó a la agencia y se encontró con dos de los tipos que hacía una hora había dejado en Lomas de Zamora sentaditos en la agencia y comiendo maníes. "...Y ustedes qué hacen acá?...". También nuestro primitivo chofer había olvidado que los equipos estaban en el baúl.
Así nuestros compañeros volvieron a Lomas con los equipos mientras nosotros comenzamos la previa contando nuestra anécdota teléfono en mano.
Para el inicio del partido teníamos todo armadito y, ya sin maníes, pusimos el relato al aire. Hasta el día de hoy cada tanto cruzamos a este manicero en la cancha de Témperley o en Los Andes y le seguimos comprando detrás de una sonrisa cómplice que nos remonta hasta aquella anécdota.

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